No soy una coleccionista. Soy un museo
(Peggy Guggenheim)
Cada martes, profundizas en un tema a través de varias obras de arte. Semana tras semana, te sientes más seguro y convertirte en un experto está a tu alcance. El arte no es solo para unos pocos. Afíliate y descúbrelo:
Estimada/o amante del arte:
Coleccionar es algo inherente al ser humano y está relacionado con la búsqueda de la identidad, la necesidad de conectarse con el pasado o la ambición de preservar lo que se considera valioso. Los objetos coleccionables tienen un valor emocional que ayuda a construir una narrativa personal. Coleccionar arte es también un elocuente deseo de acumular belleza, historia y prestigio. Peggy Guggenheim es un buen ejemplo de coleccionista moderna.
Pero la pasión por coleccionar arte no es un fenómeno moderno. Ya en el siglo XVII, antes de que existieran los museos, la tradición de coleccionar obras de arte estaba bien establecida y era una práctica habitual de la nobleza y la aristocracia con la que demostraban su estatus social y su erudición.
Hoy vamos a conocer cómo surgían las colecciones de arte, cómo se exhibían y cómo llegaron hasta los museos. La pintura también se ha encargado de plasmar las obras de arte de otros artistas.
El gabinete de arte y curiosidades (Wunderkammer)
(Öffnet in neuem Fenster)Frans Francken el joven. Gabinete de arte y curiosidades. 74×78 cm. 1620-25. Museo de Arte e Historia de Viena.
Frans Francken II (1581-1642) también llamado el joven, perteneció a una familia de cinco generaciones de artistas de Amberes. Fue el primero que pintó estas estancias de coleccionistas de una manera modesta, como ves aquí. Muchos coleccionistas no solo acumulaban arte, sino también todo lo que era nuevo y exótico para ellos, tanto objetos de la naturaleza como de otras culturas. A veces las colecciones eran tan dispares que las estancias se llamaron Gabinetes de curiosidades, o Cuartos de maravillas, porque uno podía encontrar de todo ahí. Aquí puedes ver esa colección de caracolas en primer término acompañando a los cuadros.
En un gabinete de arte y curiosidades como este, los objetos se dividían en “naturalia” como las caracolas y “arteficia” que eran las esculturas, cuadros, dibujos y antigüedades, todo lo hecho por la mano humana. La disposición de los objetos en los cuadros no mostraban solo las posesiones, sino la erudición y el prestigio de sus propietarios al tener dicha colección.
En esta época el interés por lo científico, lo exótico y lo bello hacían posible unir en estas obras el arte con el conocimiento. También fueron propicias para mostrar el amor por el detalle del arte flamenco y el dominio de la luz.
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