No me avergüenza tener curvas y estar gorda. Me gusta mi cuerpo
Alicia Keys
Cada martes, profundizas en un tema a través de cuatro obras de arte. Semana tras semana, te sientes más seguro y convertirte en un experto está a tu alcance. El arte no es solo para unos pocos. Afíliate y descúbrelo:
Como sabes, los «body shamers» son los controladores públicos del peso de otras personas en las redes sociales. Seguramente, sus propios cuerpos no se corresponden con el modelo que critican, pero el anonimato les otorga el poder de juzgar a los demás. Cada vez más personas famosas expresan su apoyo a la diversidad corporal. Ya tenemos suficientes estudios sobre las consecuencias de exigir cuerpos extremadamente delgados: anorexias y bulimias entre la gente joven y menos joven.
Cuando Alicia Keys apareció por sorpresa con Usher en la Super Bowl de este año, recibió un aluvión de críticas por su «gordura». ¡Juzga tú mismo! (S'ouvre dans une nouvelle fenêtre)
Quizás el arte ayude a reflexionar sobre la diversidad de cuerpos. Hoy recorremos algunos ejemplos de cuerpos «no tipificados» en la actualidad, que han sido representados por cuatro artistas con diferentes mensajes. Son los pintados por Peter Paul Rubens, Lucian Freud, Fernando Botero y Jenny Saville.
Cuerpos que van y vienen
(S'ouvre dans une nouvelle fenêtre)Peter Paul Rubens. Las tres gracias. Óleo sobre madera. 220,5 x 182 cm. 1630-35. Museo del Prado. Madrid.
Aglaia (la resplandeciente) , Eufrósine (la alegría) y Talía (la floreciente) eran las tres Gracias que acompañaban a la diosa del amor, Venus, y simbolizaban la gratitud. Y eso es lo que Peter Paul Rubens (1577-1640) quería expresar en el momento en que pintó este cuadro: su gratitud y celebración de la vida. Rubens acababa de casarse, cuatro años después de enviudar de Isabella Brant (S'ouvre dans une nouvelle fenêtre), y estaba enamorado. La joven tenía 16 años y él, con 53, decidió vivir intensamente su última década. La figura de la izquierda es el retrato de su nueva mujer (S'ouvre dans une nouvelle fenêtre), Helene Fourment, que aparece a menudo en sus obras desde entonces y con la que tuvo dos hijos.
Cuando yo era estudiante de arte, hace algunas décadas, siempre nos explicaban que, en la época de Rubens, el canon de belleza eran las mujeres gorditas como estas y así las contemplábamos. Pero entonces no existían en España las estanterías de los supermercados repletas de productos cargados de azúcar, ni los ordenadores que obligan a llevar una vida sedentaria. Hoy, las tres gracias podrían ser, sin duda, cotizadas modelos «curvy».
En la página del Museo del Prado puedes ver vídeos interesantes sobre la historia y los materiales del cuadro que compró Felipe IV a la familia del pintor, después de su muerte. No fue ningún encargo, sino que lo realizó para sí mismo y lo conservó toda su vida. Como curiosidad te contaré que la familia de Rubens salió de Amberes perseguida por su religión y él nació en Siegen. Pero al año siguiente se trasladaron a Colonia donde vivió hasta los 12 años. La mayor parte de su vida la pasó en Amberes ya convertido al catolicismo.
Rubens fue un pintor excepcional y muy cotizado en su tiempo. Podía pintar con mucha rapidez. En los pocos meses que estuvo en España dejó unas 40 obras, y entre ellas, varias copias importantes de Tiziano. Te animo a ver sus obras en persona y fijarte en sus ágiles pinceladas.
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