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Mmmmmmmmmmmmmmmmmm… chocolate!

(Homer Simpson)

Cada martes, profundizas en un tema a través de cuatro obras de arte. Semana tras semana, te sientes más seguro y convertirte en un experto está a tu alcance. El arte no es solo para unos pocos. Afíliate y descúbrelo:

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Los españoles trajeron el chocolate a Europa desde las civilizaciones aztecas y mayas, quienes consumían una bebida amarga llamada «Xocolatl». Al principio, fue un símbolo de lujo y prestigio, reservado a la corte española, donde se adaptó al gusto europeo al endulzarlo con azúcar y añadirle vainilla o canela.

Durante el siglo XVII, el chocolate se popularizó en otras cortes europeas, especialmente en Francia, cuando la infanta Ana de Austria lo introdujo en la corte francesa tras su matrimonio con Luis XIII. Las primeras chocolaterías comenzaron a surgir en ciudades como París y Londres, donde la aristocracia disfrutaba de esta bebida en espacios exclusivos.

La Revolución Industrial del siglo XIX facilitó la producción en masa del chocolate, lo que permitió que dejara de ser un lujo exclusivo y se volviera accesible para la clase media y baja. Al mismo tiempo, el chocolate comenzó a aparecer en el arte europeo, simbolizando estatus y sofisticación.

Hoy te invito a observar el chocolate en el arte desde cuatro perspectivas diferentes. Son las de los artistas Jean-Etienne Liotard, Marcel Duchamp, Dieter Roth y Vik Muniz.

Un lujo para la élite

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Jean-Etienne Liotard. La bella chocolatera. Pastel. 1744. Colección nacional de Arte. Dresden.

Este es uno de los cuadros más famosos del pintor suizo Jean-Etienne Liotard (1702-1789). Es el retrato de una joven sirvienta vestida con ropa sencilla pero elegante, que sostiene una bandeja con una taza de chocolate y un vaso de agua. Los colores, realizados con la técnica del pastel, son suaves y la luz tenue se reparte uniformemente, lo que le confiere una belleza armoniosa. Fíjate en la calidad y las arrugas de las telas.

Liotard quiere resaltar la belleza en la vida cotidiana y eleva a esta joven criada a la categoría de figura admirable, destacando su dignidad y humanidad. La imagen representa la filosofía de la Ilustración, que valoraba la sencillez en contraste con los excesos de las clases altas. Aunque su época es el ornamentado Rococó, el artista se inclina por la sensibilidad de los detalles y la naturalidad. Por eso, el cuadro se considera una obra maestra del retrato del siglo XVIII.

En esa época, el chocolate era un lujo exclusivo de la aristocracia y la sirvienta lo lleva para sus señores. No es una bebida para ella. Sin embargo, con la elegancia de la joven, el espectador cuestiona el sentido del lujo y la exclusividad.

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Kategorie Ideas sobre arte

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