...Pero al besarla, ella despertó y lo miró dulcemente
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Estimada/o amante del arte:
Has crecido con la historia de la bella durmiente, despertada de su profundo sueño por un príncipe, la cual ha ido cobrando belleza en el imaginario colectivo a través de los años. Hoy, los besos no consentidos de un hombre hacia una mujer pueden hacerle perder su trabajo y llevarle ante un juez.
Sin embargo, en las obras de arte, la imagen de una mujer durmiendo se ha representado mayormente plácida y sensual, lejos de ronquidos o posturas impresentables. Te muestro algunas obras
Una plácida y sensual siesta veraniega
Frederic Leighton. Flaming June. 120x120 cm. 1895. Museo de Ponce. Puerto Rico.
Lord Frederic Leighton (1830-1896) fue el primer artista que alcanzó un título nobiliario, aunque le duró poco, porque murió de un infarto al día siguiente. Este pintor y escultor inglés, rico y viajero, estudió desde los 15 años en Frankfurt y después se formó como pintor y escultor en Roma y Paris. Enamorado de la Grecia Antigua y el Renacimiento italiano, sobre todo de Miguel Ángel y Rafael, tuvo la gran suerte de que la primera obra que expuso la comprara la misma reina Victoria, lo cual le hizo muy famoso a los 24 años. Simpatizó con los Prerrafaelitas, como ves en esta obra, pero no llegó a integrarse del todo en esa corriente.
Junio ardiente es su obra maestra, al menos la más conocida. En estilo neoclásico y academicista, muestra la alegoría de una tarde de verano, a través de una mujer durmiendo con un espectacular vestido naranja transparente, que deja ver su desnudez. La mujer no parece ser de su tiempo, ya que las victorianas debían ser madres jóvenes y ocuparse de su hogar siguiendo el modelo de la familia real. La postura enroscada de la joven contrasta con su plácido sueño. Sin embargo, consigue mostrar así su sensualidad y avivar el deseo del espectador.
Durante el siglo XX, la obra de este artista cayó en el olvido. Tanto, que este cuadro se encontró en 1962 detrás del falso panel de una chimenea londinense. Si vas a esa ciudad, puedes visitar el Leighton House Museum.
La esposa durmiente
Félix Vallotton. Mujer en la cama, durmiendo.56,5x76 cm. 1899.
De Félix Vallotton (1865-1925) se ha dicho que era un realista de corazón y un nabi de alma. Los nabis eran un grupo de jóvenes pintores, algo místicos, que utilizaban colores potentes y llamaban a Félix "el nabi extranjero". Quizás, porque había nacido en Suiza (aunque luego se hizo francés), o quizás, porque no terminaba de integrarse en el grupo. Goya, Manet y, sobre todo, Ingres fueron sus pintores favoritos. Sus cuadros muestran la decadencia de la burguesía de su tiempo, algo que conocía muy bien. Él mismo se casó por conveniencia con la hija de un rico marchante de arte y se acostumbró rápidamente a la vida cómoda.
Sus obras son narrativas y parecen un escenario teatral, aunque su mirada es fría y distante, rayando en la crítica social. En esa línea, publicó muchas ilustraciones en blanco y negro en la prensa liberal. Esta Mujer en la cama, durmiendo combina varios planos cromáticos con distintas decoraciones, algo que se hace mucho en la pintura actual. Es la más abrigada de todas sus mujeres acostadas, pues normalmente muestran su desnudez y sensualidad (Abre numa nova janela). En este caso, es un retrato de su mujer Gabrielle.
La dulce expresión al despertar
Eva Gonzales. Muchacha al despertar. 81x100 cm. 1877-78.Kunsthalle Bremen.
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