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Espejito, espejito...

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Estimada/o amante del  arte,

cada mañana te miras al espejo y no piensas que para la creación de ese objeto han pasado siglos con luchas de poder, muertes, investigación científica y el trabajo artesano de muchas personas. En Murano, Venecia, se mantenía el secreto de su fabricación y Luis XIV de Francia organizó el primer espionaje industrial en Europa para robarla. Acostumbrado al derroche, mandó crear la sala de los espejos de Versalles, donde la luz de la noche equiparaba a la del día con tanto reflejo.

Los espejos tuvieron que ver con el individualismo y el desarrollo del Humanismo del Renacimiento, porque el hombre se veía a sí mismo nítidamente por primera vez. El valor de un gran espejo en el siglo XVII era mayor que el mejor de los cuadros del más famoso pintor. Inevitablemente, la imagen reflejada pasó a ser tema del arte. Te muestro algunos ejemplos. 

La mujer frente al espejo

Hay pocos temas que expresen el deseo masculino tan claramente como el de una mujer frente a un espejo. Unas veces, en forma de diosa Venus o de alegoría, (ya sabes que esas eran mujeres inventadas y no reales y se las podía mostrar desnudas sin pudor). Otras veces, se elegía el momento del baño y el aseo para irrumpir en el espacio privado femenino, lo que aumentaba el erotismo. El baño pasaba de ser cuestión de higiene a motivo de placer y se usaba a la mujer desnuda o con poca ropa como motivo de seducción.

Giacomo Bellini (1432-1516) fue veneciano y profesor de Tiziano y Giorgione, entre otros. Esta Mujer en su tocador es uno de los primeros cuadros con el tema. La pintó un año antes de morir y fue su único desnudo femenino. Después vendrían las “Venus del espejo” de Velázquez (Abre numa nova janela) (también su único desnudo) y sobre todo las de Tiziano (Abre numa nova janela) y Rubens que se permitieron mostrarte mujeres desnudas exuberantes. En muchas ocasiones, estas deidades se muestran de espaldas, mientras te miran directamente a través del reflejo de manera provocativa. Todo para satisfacer la mirada masculina.

El espejo que miente

Paul Delvaux pinta una mujer sentada de espaldas en una habitación triste que al mirarse en un espejo se ve desnuda y en un paisaje

Los espejos permitieron agrandar el espacio representado en un cuadro. Mira el de Édouard Manet Un bar del Folies Bergère (Abre numa nova janela) en el que a través del espejo puedes ver la cantidad de gente que hay en la estancia. También en esta obra y en otras muchas, el espejo te muestra otra perspectiva de la persona frente a él, para darte más informaciones sobre ella. Pero los surrealistas jugaron con el reflejo para mostrarte otra realidad, como lo hizo Magritte en "La reproducción prohibida" (Abre numa nova janela)o Delvaux en sus mujeres frente a espejos.

Al belga Paul Delvaux (1897-1994) le gustaban los esqueletos, los trenes y las mujeres desnudas en sus pinturas. El espejo presenta una mujer de espaldas observándose. Aquí el reflejo difiere bastante de la realidad y le permite al artista “descubrir la conciencia del personaje”. El espejo se transforma en escenario de los sueños, en imagen idílica para imaginar un mundo mejor y que difiere de la realidad presente de la mujer, en la que hasta las paredes se desploman. Delvaux fue el mayor surrealista de su país. Su pintura es muy personal y obsesiva con las mujeres y el erotismo lésbico.

El espejo que potencia la imagen

Juan Muñoz hace una escultura de dos hombres, uno al caballito del otro que se miran en un espejo y se ríen.

En la escultura, el espejo puede adquirir todo el protagonismo. Mira la escultura Sky Mirror (Abre numa nova janela), un espejo circular del inglés Anish Kapoor, en el que deja que el cielo se refleje y consigue que el propio objeto desaparezca. Kapoor trabaja mucho con la imagen reflejada porque piensa que el espectador es la parte más importante de las obras. En otros artistas, el protagonismo se comparte y el objeto se integra en la escultura para potenciar la imagen.

Eso hacía el español Juan Muñoz (1953-2001) al que le gustaba usar espejos con sus esculturas de personajes muy expresivos. La risa, la repetición y el juego eran elementos constantes en sus obras, así que el espejo le permitía combinar todos ellos. En esta obra “A caballito frente al espejo (Piggyback)” de 1997, la imagen reflejada refuerza el juego de las dos personas que, al verse, se ríen de sí mismas con más fuerza. Además, el artista consigue que tú, como espectador, te integres en la propia obra, pues al observarla puedes entrar en el espacio reflejado y compartes su aspecto lúdico.

Espejos mágicos

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Tópico Arte y objetos/animales

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