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Cuando tuve que irme, dejé a mi madre junto a la ventana

(Mario Benedetti)

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Si el 25 de diciembre nace el hijo de Dios, su madre debe estar ahora mismo, a menos de un mes vista del parto, bastante voluminosa. Aunque se supone que el hijo de Dios nace del vientre de María, las representaciones de vírgenes encintas no abundan. En España y en Italia se encuentran en mayor número y hasta una cierta época. Esto tiene que ver con el giro de guión que provocaron las reuniones del concilio de Trento en el siglo XVI donde se acordó que esta imagen de la madre de Dios no era digna de representarse.

Si acudes a la Biblia, apenas se vuelve a hablar de María cuando su hijo crece y toma todo el protagonismo. Tanto desaparece su figura, que en el siglo XIII Jacobus de la Vorágine , un fraile dominico y arzobispo italiano, se dedica a novelar las vidas de santos y mártires y también la de María en su libro “La leyenda aurea” (el gran best-seller de la época). Ahí describe con todo detalle la anunciación del ángel, el nacimiento del hijo, pero también la huída a Egipto de la familia y la muerte de María, que según este autor nunca muere, sino que se duerme. La iconografía de María embarazada se deja de usar tres siglos después, también en respuesta a los desafíos de la Reforma protestante, siendo sustituida por la de la madre amamantando.

Te invito a recorrer algunas de estas imágenes.

La típica postura de la mujer encinta

Piero della Francesca. Madonna del Parto. 230 × 180 cm. 1450-1465. Museo de Monterchi.

Si has estado embarazada sabes que, a medida que avanza tu estado, la tripa gana en volumen y la columna vertebral intenta equilibrar el peso tirando el tórax hacia atrás. Esta postura inconsciente provoca dolor en la parte lumbar y de la cintura y tiendes a poner ahí la mano para masajear esa molestia, sobre todo, cuando estás de pie como esta virgen. Otro gesto común es el de masajear la tripa porque el estiramiento de la piel produce cierto picor constante. Así, si hay una postura clásica es la que pintó aquí Piero della Francesca (ca 1420-1492), en la Madonna del Parto, para la que observó muy bien a las mujeres encintas.

La madre del pintor fue Romana di Perino da Monterchi, este último es el nombre de su pueblo y allí Piero pintó esta virgen en una de las paredes de su iglesia. El fresco sobrevivió a dos terremotos, se pasó al lienzo y se puede visitar en un pequeño museo que se creó en el pueblo para esta obra.

Fíjate en la simetría de la escena, cómo dos ángeles abren las cortinas de una especie de tienda y, paralelamente, la mujer se desabrocha el vestido porque ya le va quedando pequeño. Toda la escena está preparando el acontecimiento venidero y de no ser por los ángeles y el escenario de telas que introducen el toque mágico y teatral, la escena habla de una mujer normal con las incomodidades de su estado. Es, sin duda, la virgen embarazada más famosa de la historia del arte.

Dos mejor que una

Rogier van der Weyden. La visitación. Óleo sobre tabla. 57,8 × 36,2 cm. 1435-1440. Museo de Bellas Artes de Leipzig.

El fabuloso pintor flamenco Rogier van der Weyden (ca.1400-1464) pintó dos obras de esta Visitación casi iguales. Una en el lateral derecho de su famoso tríptico de la Anunciación, (cuya parte central puedes ver en el Louvre y las laterales en Turin) y esta de la foto que pintó como una obra independiente y que se encuentra en Leipzig.

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Argomento Iconografía y mitologías

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