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Cada vez que abrazamos de verdad a alguien, ganamos un día de vida

Paulo Coehlo

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El arte ha sido una poderosa forma de transmitir los sentimientos más profundos y universales de la humanidad, y entre ellos, el abrazo ocupa un lugar central.

Artistas de diferentes épocas han representado el abrazo como un acto cargado de significado: desde la delicada conexión entre madres e hijos, hasta el consuelo, la esperanza e incluso el dolor que puede surgir de ese gesto amoroso.

A través de estas poderosas imágenes, los artistas no solo reflejan relaciones humanas, sino que también capturan momentos de gran vulnerabilidad, sacrificio y trascendencia. El contacto físico se convierte en un medio para explorar las emociones individuales y sociales.

El abrazo de la madre

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Elisabeth Louise Vigée-Lebrun. Autorretrato con su hija. 130 × 94 cm. 1789. Museo del Louvre.

Este abrazo de la gran artista francesa Elisabeth Louise Vigée-Lebrun (1755-1842) con su hija Julie muestra el amor maternal incondicional y no fue el único en que se pintó junto a ella. Su padre, el pintor Louis Vigée reconoció su talento y le enseñó el oficio. Sin embargo, murió cuando la niña tenía 12 años y la situación económica de la familia empeoró.

Con esa motivación, Vigée-Lebrun se esforzó por ser una pintora reconocida y lo consiguió. Además de promocionarse con sus autorretratos, viajó mucho por Europa en busca de clientes entre la aristocracia. Pintó a María Antonieta y otros miembros de la realeza, y tuvo que exiliarse por ello durante la Revolución Francesa. Durante su exilio, consolidó su fama trabajando en Italia, Austria y Rusia.

En este retrato con su hija se aprecia el vínculo emocional entre ambas. Fue novedoso porque no obedecía a las representaciones formales de la maternidad de ese siglo. Al mismo tiempo, poseía gran naturalidad y calidez, y sentó un precedente en este tipo de representaciones.

La artista se inspiró en las Madonas renacentistas, pero dando importancia a la narrativa emocional del retrato, algo muy novedoso en su tiempo. También fue polémico por mostrar los dientes de la niña, algo que no se consideraba decoroso.

Su hija también fue artista, pero no alcanzó el nivel de calidad de su madre. En este retrato se aprecia también una relación de apoyo entre mujeres. La artista siempre tuvo claro que se movía en un mundo dominado por los hombres.

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