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Solo desearía que fuera Navidad un poco más a menudo

(Astrid Lindgren)

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A finales de diciembre los romanos celebraban las Saturnales, unas fiestas de siete días en honor a Saturno, dios de la agricultura, casi coincidentes con el solsticio de invierno el 25 de diciembre, el día del nacimiento del dios Apolo. Durante esas fiestas, se celebraban banquetes, se hacían regalos, se decoraban las fachadas con plantas y se aflojaban las normas civiles.

Alrededor del año 320 el Papa Julio I se apropia de la festividad, como hizo la iglesia tantas veces, para conmemorar entonces el nacimiento del hijo de Dios y que eso ayudara a las conversiones al cristianismo. En ningún lugar de la Biblia se menciona fecha alguna para ese hecho.

En el arte, las representaciones de la Natividad del hijo de Dios comenzaron ya en la época paleocristiana. Te cuento como van cambiando a través del tiempo.

La madre reclinada

Giotto di Bondone. El nacimiento de Cristo. Fresco. 200 × 185 cm. 1306. Capilla Arena. Padua.

Hasta el siglo XV, aproximadamente, la historia narra que María era la madre de Jesús, se la había visto embarazada y, por tanto, tenía que parirlo. En todas las representaciones puedes verla tumbada junto al hijo, reponiéndose del duro trabajo que acaba de realizar y que la mantendrá débil y en cama, incluso cuando lleguen las visitas de los pastores. Como los tres reyes magos tardarán un poco más en llegar, ahí ya la podrás ver más repuesta (Opens in a new window), normalmente sentada y con el hijo en brazos. (Ver link) (Opens in a new window).

Ambas escenas son del italiano Giotto (1266-1337), el artista más famoso de su tiempo. En este fresco, puedes ver a la Virgen María reclinada y cómo una mujer le ayuda con el hijo, mientras los pastores han llegado con sus animales y José está descansando. Encontrarás en muchas obras que José es un anciano, mientras que María es joven. En el cielo, los ángeles revolotean después de haber propagado la noticia, entre quienes todavía están escuchando sus palabras. El espacio es pobre, solo un techo en un paisaje rocoso y desprovisto de vegetación. En la escena de la Adoración de los Reyes, fíjate en la estrella, en la que muchos han querido ver el cometa Halley o una nave espacial y también en los camellos inventados por el artista a partir de descripciones, ya que Giotto nunca había visto uno de estos animales en directo.

Aunque la presencia de los ángeles marca el hecho mágico y crea una doble escena con lo místico y lo terrenal, lo que ves es una mujer acostada por un acontecimiento muy humano. Solo las aureolas doradas que rodean las cabezas señalan la divinidad de los personajes.

Nacido mágicamente

Robert Campin. El nacimiento de Cristo. 87 × 70 cm. 1420. Museo BBAA Dijon.

A partir del siglo XV se empieza a representar la magia del Nacimiento, esto es, de la misma manera que la madre es virgen (no ha conocido varón y se quedó embarazada por las palabras de un ángel) se supone que el hijo de Dios aparece ahí de repente, sin pasar por su cuerpo. A la madre la verás siempre orando arrodillada y el niño normalmente desnudo y en el suelo. Es la manera de resaltar ese extraño y mágico momento.

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Topic Iconografía y mitologías

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