Cientos de muertos y heridos y bloqueo de la ayuda humanitaria

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Estimada/o amante del arte:

La frase del título se repite a diario en cada medio de comunicación. Por brutal que pueda sonar, en caso de guerra, el Derecho Internacional Humanitario clasifica a las víctimas de la población civil como "daños colaterales". Eso sí, prohibe atacar hospitales, escuelas o viviendas, algo que no se respeta en ninguna guerra y también se debe asegurar la ayuda humanitaria.

En la actual, entre Israel y el grupo palestino Hamas, estamos viendo como esos "daños colaterales" se multiplican cada día y la población civil es la verdadera víctima de esta contienda causada por el odio almacenado y el mirar para otra parte de la comunidad internacional.

Las masacres se repiten a lo largo de la historia y es que la crueldad humana sigue sin tener límites. Las religiones derivan en fanatismos y sus dirigentes tienen una gran responsabilidad en todas estas muertes.

El arte también ha reflejado muchas matanzas. Te muestro solo alguna de ellas.

La masacre de los inocentes

Pedro Pablo Rubens. La masacre de los inocentes. 142 x 182 cm. 1611-12

La masacre de los inocentes se recoge en la Biblia y fue ordenada por el rey Herodes, quien quiso exterminar a los niños judíos menores de dos años para asegurarse de que mataba a Jesucristo. Hoy en día, los historiadores coinciden en que no hubo tal acontecimiento y que es un invento más de ese libro de historias fantásticas sobre el que basan su fe los cristianos.

El arte se ha encargado de ilustrar el imaginario colectivo de las historietas de la Biblia y esta versión de Rubens (1577-1640) es de gran crueldad. Parece que oímos los gritos de las madres y las vemos luchar desesperadamente contra los soldados, mientras los cuerpos infantiles se amontonan en el suelo. La violencia es extrema y el resultado sobrecoge. Las expresiones de los rostros reflejan un mosaico de emociones. Nada impresiona más que ver los cuerpecitos indefensos de los niños destrozados por la fuerza bruta de los adultos.

Masacre en Corea

Pablo Picasso. Masacre en Corea. 110 x 210 cm. 1951. Museo Picasso en Paris.

El Guernica de Picasso es el cuadro más famoso de la historia y relata una matanza de civiles. Esta Masacre de Corea, pintada con los grises del gran cuadro anterior, quiere mostrar de nuevo el ataque a la población indefensa. Madres con sus hijos son fusiladas por soldados americanos. Esta guerra, que duró de 1950 a 1953, se cobró más de tres millones de civiles.

Para esta composición, Picasso (1881-1973) se inspira en un cuadro de Goya, El tres de mayo de 1808 (Opens in a new window), pintado en 1814. Goya ha pintado, en la misma posición, a los soldados fusilando a civiles, durante la guerra de la Independencia española contra los franceses. En Corea, las víctimas han sido bombardeadas y no fusiladas, pero Picasso se permite esa licencia artística para homenajear a Goya.

Picasso fue un activista y un comunista de corazón, pero no compartía las ideas del partido de que el arte debía ser políticamente didáctico. Este cuadro no gustó a los comunistas, como tampoco les había gustado el Guernica. El tiempo ha demostrado que su arte supo estar por encima de las ideologías.

La discordia que provoca la guerra

Henri Rousseau. La guerra o la cabalgata de la discordia. 114 x 195 cm. 1894.

Picasso encontró en una tienda de Montmartre un cuadrito de Rousseau titulado Retrato de una mujer (Opens in a new window). Le gustó la espontaneidad de su estilo y quiso conocer al artista. Henri Rousseau (1844-1910), también llamado "el aduanero" por su profesión, pintaba en sus ratos libres sin tener ninguna formación. Picasso organizó un banquete en su honor con todos sus amigos pintores, poetas y coleccionistas, para presentar al artista autodidacta. Todos se emborracharon y rieron a su costa pero Rousseau, que tenía unos 40 años más que Picasso, supo encajar bien y con cierta inocencia la noche.

Rousseau encabezó a los pintores ingenuos agrupados bajo el nombre de "naif" y llegó a exponer en el Salon de los independientes, aunque vivió y murió en la miseria. En este cuadro, expresa muy bien el dolor de la guerra con el suelo poblado de cadáveres de civiles y la discordia, personalizada en una mujer, cabalgando sobre ellos.

La continua guerra contra el racismo y el sexismo

Faith Ringgold. American People Series #20: Die. 1967. MOMA. Nueva York.