El arte te permite interpretar diferentes papeles y descubrirte a ti misma
(Cindy Sherman)
Cada martes, profundizas en un tema a través de varias obras de arte. Semana tras semana, te sientes más seguro y convertirte en un experto está a tu alcance. Recuerda que el arte no es solo para unos pocos.
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Estimada/o amante del arte:
La semana pasada te mostré pintoras que se habían plasmado con sus paletas y pinceles. Las fotógrafas que te traigo hoy se retratan frente a un espejo para explorar su identidad y afirmar su presencia. El espejo se convierte para ellas en un espacio de diálogo entre el sujeto y su representación y en un medio para cuestionar las construcciones sociales que rodean a la imagen femenina.
No se trata de un ejercicio de narcisismo, sino de una declaración. Para Vivian Maier el espejo representa la identidad entre el anonimato y la creación. Nan Goldin lo utiliza para mostrar su vulnerabilidad y sus cicatrices. Carrie Mae Weems lo convierte en espacio político y social reescribiendo la narrativa contra las mujeres negras y Cindy Sherman lo aborda como un escenario de performance donde muestra identidades prefabricadas.
A través de sus lentes, el espejo deja de ser un objeto estático y se convierte en un protagonista dinámico. Cada fotógrafa, con su estilo y contexto particular, utiliza este recurso para cuestionar el acto mismo de mirarse y ser mirada. Al hacerlo, no solo construyen imágenes potentes y significativas, sino que también reafirman su autonomía como mujeres y artistas.
Vivian Maier
(Opens in a new window)Vivian Maier. Autorretrato con reflejos en el espejo.
Vivian Maier (1926-2009) es una fotógrafa fascinante, no solo por la calidad de su trabajo, sino por lo misterioso de su persona. Nunca intentó mostrar sus fotografías, ni se interesó por la fama. Trabajó de niñera más de 40 años en Chicago y Nueva York y en sus paseos por estas ciudades, con los niños que cuidaba o sola, disparó su cámara.
Después de su muerte, el joven John Maloof adquirió en una subasta de Chicago más de 100.000 negativos y rollos de película, muchos sin revelar, por la cantidad de 380 dólares, incluido un archivo de grabaciones de audio de la artista. Admirado por su calidad, no paró hasta investigar quien era la autora y desde entonces se ha dedicado a dar a conocer y exponer su trabajo.
Te invito a ver las fotos de Maier, (Opens in a new window) la mayoría en blanco y negro y descubrir la cotidianeidad de las calles de esas grandes ciudades. Maier aprovecha cada reflejo en los escaparates o cada espejo en los baños públicos para retratarse, como ves aquí. Cuando usaba su cámara Rolleiflex, que disparaba desde el pecho, la gente no se sentía incomodada y así se les acercaba con naturalidad a sus modelos.
Siempre vivió modestamente y guardó con mucho celo sus fotografías que nadie conoció. Cabe pensar si es justo que otros comercialicen su trabajo, cuando ella no quiso hacerlo. Pero en cualquier caso, es una suerte conocerlo. Se sigue investigando su biografía y parece que tuvo dos hijos y que murió en la miseria.
Vivian Maier fue una observadora excepcional que te invita a reflexionar sobre las pequeñas cosas, invisibles para la mayoría, pero también sobre el anonimato y el arte como expresión de vida. Sus abundantes autorretratos trascienden su imagen personal y parecen reclamar su lugar en un espacio que, seguramente, le habría sido negado en su tiempo.
Nan Goldin
Nan Goldin. Autorretrato en mi baño azul. Colección Berlinische Galerie. 1991.
Las fotografías de Nan Goldin (*1953), en su gran mayoría realizadas en interiores, son brutales y poéticas al mismo tiempo. Exploran temas como la identidad de género, el amor, la sexualidad y la adicción.
Esta americana, de familia judía, perdió a los 11 años a su hermana por suicidio, lo que la marcó profundamente. Entendió muy pronto la fotografía como una manera de documentar la vida de las personas a su alrededor: íntima y espontáneamente. También reflejó muy bien la juventud bohemia neoyorquina de las décadas de 1970 y 80.
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