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Me gustan mucho los niños (excepto los varones)

Lewis Carroll, 1892

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Soy partidaria de que no se pueden juzgar las obras históricas desde el presente, ya que en cada época la moralidad ha tenido unas normas distintas. Sin embargo, las mujeres estamos hartas de que la visión patriarcal nos haya conducido hasta el siglo XXI a situaciones insoportables. Por ejemplo, en la gran mayoría de los museos las obras que se exhiben hechas por mujeres no llegan al 5 % del total de obras expuestas. Lo que significa que el 95 % de las obras que admiramos están hechas por varones, elegidas por varones y que responden a los gustos de esos varones, mientras las de las mujeres siguen guardadas en los almacenes.

Si abordamos el tema de la sexualidad, muchas de las obras de arte han estado al servicio de los gustos sexuales de los varones (compara el número de desnudos femeninos con el de masculinos y fíjate en el tipo). Actualmente el arte no se ocupa de satisfacer sexualmente con imágenes a las personas, para eso están todos los canales de la pornografía. Pero históricamente sí ha sido el medio principal para contentar a una clientela bien situada económicamente a través de la contemplación de las pinturas.

Arropados por su libertad de expresión, muchos artistas han reflejado sus “gustos personales”. Hoy quiero abordar con cuidado el tema de la sexualización de las niñas en el arte y presentarte, sobre todo, que se sigue exhibiendo. Tuya es la opinión de si hay que seguir mostrando sin más explicaciones ese tipo de obras. No hay duda de que la llamada “pornografía infantil” está duramente perseguida para proteger a los menores cuando el medio es el vídeo o la fotografía. Pero si es arte, ¿ahí todos dudamos?

Te muestro hoy tres artistas Paul Gauguin, Pedro Sáenz y Balthus y te animo a mandarme tus comentarios.

El artista en el paraíso

Paul Gauguin. Manao Tupapau (El espíritu de los muertos vela) 1892. Buffalo AKG Art Museum

Paul Gauguin (1848-1903) llegó a Tahití en 1891 habiendo dejado en Francia a su esposa Mette Sophie Gad y sus cinco hijos. Allí se casó con una niña de 13 años llamada Tehura, a la que compró a sus padres, en una época en la que la relación con una menor estaba prohibida en su país. Además de dejarla embarazada, Gauguin tuvo otras relaciones sexuales con muchas niñas, aún sabiendo que padecía de sífilis, por lo que extendió la enfermedad entre la población.

El personaje ha dado material suficiente para varias películas, la última fue en 2016. Gauguin en Tahití se rodó omitiendo el dato de la sífilis y aumentando la edad de las niñas para no perjudicar al mito. Todavía hoy la mayoría de sus biografías omiten su conducta sexual y resaltan el hecho de irse a Tahití en busca del paraíso virgen y primitivo para poder hacer un arte mejor.

No creo que se deban retirar sus cuadros de los museos, pero si explicar el contexto en que fueron creados para que todos puedan entenderlos realmente. No tiene sentido hoy en día ocultar la conducta pedófila del artista.

El artista premiado

Pedro Sáenz. Crisálida. 1899.Propiedad del Museo del Prado.

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